Soluciones sí, ...pero integrales!
Carlos L. Chinchilla Cruz, MBA · oct-2013
¿Por qué a veces por más acciones que se planeen y ejecuten, la empresa parece marchar en la dirección contraria?
Este sentimiento no es poco común. Las empresas u organizaciones son entidades “vivas”, sumamente complejas.
En muchos casos, por urgencia o por simplicidad, se toman decisiones rápidas sin suficiente sustentación y luego se realiza una gran cantidad de actividades que no necesariamente están integradas entre sí y que probablemente no consideran el impacto que éstas provocarán en las demás áreas, dando como resultado la desarticulación, el conflicto entre objetivos y finalmente la incoherencia entre las actividades ejecutadas y los resultados alcanzados.
No es buena idea colocar bajo análisis alguna de las áreas funcionales de la empresa y aligerar una solución parcial o superficial; es más estratégico considerar el impacto que una decisión tendrá en esa y en otras áreas, con un pensamiento y un accionar integral.
En consecuencia, no es suficiente detectar un problema de flujo de caja, sin mirar también el comportamiento de los costos y gastos, las ventas, la etapa del ciclo de vida del producto, los procesos, el clima organizacional, los movimientos de la competencia, el planteamiento estratégico y en general todas las capacidades competitivas.
Ciertamente, las mejores soluciones son las integrales.